PORQUE GRECIA (Y ESPAÑA) NO SE RECUPERARÁN
Vicenç Navarro
29 de junio de 2011
El mayor problema que tiene la economía griega no es
primordialmente de carácter económico o financiero. Es un problema
político. Tiene que ver con el enorme poder que la banca ha tenido, y
continúa teniendo, en la estructuración de la Unión Europea y de la
Eurozona, así como en la génesis de la deuda pública de los países
llamados despectivamente PIGS, cerdos en inglés, (Portugal, Irlanda,
Grecia y España). Ahora bien, este poder de la banca ha contado con
un gran aliado y cómplice: las clases más adineradas de los países de
la Eurozona, incluyendo las de los países PIGS.
Veamos los datos, comenzando por las reglas que los bancos
escribieron sobre las cuales se establecería la Eurozona. Estas reglas
son las responsables de que Grecia nunca podrá (ni tampoco España)
salir de la recesión a través de las políticas que se están siguiendo.
Una fue que los Estados, al incorporarse al euro, perdieron el control
sobre su propia moneda. Es decir, que en momentos de recesión
(cuando la economía está estancada), el estado griego no puede
devaluar la moneda y con ello poder abaratar sus productos y
venderlos más fácilmente al exterior, recuperándose a base de ello.
Suecia y Noruega, por cierto, se han recuperado de la recesión
mucho mejor y más rápido que Finlandia, como consecuencia de que
los dos primeros pudieron devaluar su moneda, lo cual no pudo hacer
Finlandia al pertenecer al euro.
Otra regla es que, al integrarse al euro, los Estados dejaron de
tener la potestad de imprimir dinero y establecer el precio del mismo.
Cuando un país está en recesión, su Banco Central imprime dinero
y/o abarata el precio del dinero, disminuyendo así los intereses
bancarios, facilitando que tanto los ciudadanos como los empresarios
puedan conseguir préstamos con los cuales consumir bienes y
servicios e invertir, y así producir empleo y estimular la economía.
Negarle al estado que tenga control sobre el crédito es imposibilitarle
el poder estimular la economía. Una función de un Banco Central es,
precisamente, la de garantizar el crédito, lo cual funcionó bien en la
mayoría de países europeos hasta que llegó la moda neoliberal con el
Presidente Reagan de EEUU y la Sra. Thatcher de Gran Bretaña, que
hicieron creer a muchos gobiernos europeos que desregular el crédito
era bueno para un país. El último caso que vimos fue Islandia, que
conllevó un enorme problema, como también lo creó en los otros
países que desregularon el crédito (que fueron la mayoría).
Y, por si fuera poco, la tercera regla era que un país no podía
seguir políticas expansivas de gasto público. Es decir, un estado no
podría gastar mucho para estimular la economía, pues el estado,
según el criterio de Maastricht, no podía tener un déficit estatal
mayor del 3% del PIB y una deuda publica mayor del 60% del PIB.
Claro que el criterio no decía cómo debía bajarse el déficit para
alcanzar el número mágico del 3%. Pero insistieron en que los
estados bajaran los impuestos como manera de estimular la
economía, considerando erróneamente que los ricos, que eran los
máximos beneficiarios de los recortes de impuestos, consumirían más
que ahorrarían (de hecho, invirtieron en sectores especulativos). Esta
insistencia en que el estado bajara los impuestos no dejaba al estado
otra alternativa que la de recortar el gasto público. Esto eliminó la
posibilidad de que el estado pueda estimular la economía mediante,
por ejemplo, inversiones en áreas de creación de empleo.
Estas tres reglas hacen muy difícil, casi imposible, para Grecia
(y para España), salir de la crisis. En realidad, estas reglas fueron
muy importantes para que la crisis se presentara en Grecia con la
gravedad con laque se ha presentado.
¿QUÉ PASA EN GRECIA? LA ALIANZA DE LA BANCA CON LOS
RICOS?
Una característica de Grecia, que comparte con España, es que
ha estado gobernada por la ultraderecha por muchos años. La
dictadura de los coroneles fue (como lo fue también la dictadura de
los generales en España) una dictadura de los ricos en contra de las
clases populares. Ello ha determinado que los ricos no tienen la
costumbre de pagar impuestos. El fraude fiscal ha sido enorme,
consecuencia de la laxitud del estado, que ha continuado controlado
por los ricos durante la democracia que siguió a la dictadura. En 2010
sólo 15.000 griegos, de un total de once millones de ciudadanos,
declararon al estado ingresos superiores a 100.000 euros al año, lo
cual contrasta con la existente concentración de la riqueza y de las
rentas, visible en los suburbios de las ciudades griegas. Se considera
que casi la tercera parte de la renta nacional (la poseída por los ricos
en su mayoría) no se declara.
Ello ha forzado al estado griego a endeudarse hasta la médula
para pagar los gastos del estado (en infraestructura y en servicios
públicos, así como en gastos militares que significan una carga muy
importante en el presupuesto nacional). Esta deuda recoge también
la deuda incurrida por los gobiernos militares, no elegidos
democráticamente, y cuyo gasto militar lo tiene que pagar ahora el
estado democrático. Éstas son las causas de que el estado griego
tenga un problema de déficit del estado (12% del PIB) y de deuda
pública, todavía mayor (150% del PIB). Pero esta realidad quedó, en
parte, ocultada por el estado con la ayuda del banco Goldman Sachs.
El diario alemán Der Spiegel descubrió las ocultaciones de las cuentas
nacionales que el estado griego (gobernado por las derechas) había
realizado con la complicidad de aquel banco estadounidense (que
recibió un pago por ello de 800 millones de euros). Es imposible que
la Comisión Europea (cuya mayoría son de partidos de derechas), no
lo supiera. Por cierto, el que era Vicepresidente para Europa del
banco Goldman Sachs, que realizó operaciones financieras con el
gobierno conservador griego para ocultar la situación real del déficit
público del estado griego, el Sr. Mario Draghi será el nuevo
Presidente del Banco Central Europeo, poniendo a la cabeza de este
Banco (que es un lobby de la banca, en lugar de ser un Banco
Central) a la persona que ayudó más al desfalco de las cuentas
públicas del estado griego.
Cuando el gobierno socialista salió elegido descubrió estos
problemas, indicando que el déficit y la deuda eran mucho mayores
de lo que el gobierno conservador había indicado. El estado está
enormemente endeudado. Los bancos alemanes y franceses, pero
también los bancos griegos (donde los ricos griegos depositan su
dinero) han comprado la deuda pública a unos intereses abusivos. Por
cierto, la mal llamada ayuda a Grecia es para asegurarse que el
estado griego pagará a tales bancos. Y la enorme austeridad
impuesta a la población griega por parte del estado (77.000 millones
de euros, de los cuales 28.000 millones serán en recortes de gasto
público y 50.000 millones en privatizaciones del patrimonio nacional)
es para poder pagar a los bancos.
EL EURO Y LA CRISIS
Este endeudamiento del estado griego es beneficioso para los
bancos y también para los ricos que no pagan impuestos, forzando al
estado a endeudarse aún más. Pero es también beneficioso para los
ricos y para los bancos extranjeros, pues el estado se siente en la
necesidad de privatizar sus propiedades (a unos precios irrisorios)
con lo cual vemos una enorme demanda de euros por parte de
bancos de inversión para comprar tales propiedades. En realidad, en
contra de lo que constantemente se dice y se alarma, el euro está en
muy buena salud (demasiado buena para los empresarios españoles
que tienen problemas para exportar), y ello se debe a la enorme
demanda de euros con los cuales se compra la privatización de los
bienes públicos de Grecia (y de España). Véase el caso de las cajas
de ahorros españolas, que se están vendiendo a unos precios muy
bajos. Y todo ello con la ayuda del Estado. De ahí que las privatizaciones sean una estrategia impuesta por la banca a los
países del euro como manera de conseguir la venta del patrimonio y
servicios muy rentables de los países periféricos.
Vemos así como el enorme dominio de la banca explica que los
estados periféricos estén estancados en su deuda sin poder salir de
ella, lo cual no ocurre por incompetencia, sino por diseño, pues así
consigue introducirse y conseguir mayor rentabilidad al comprar a
precios muy bajos lo que antes era público. Cualquier lector de este
artículo debiera indignarse. Por cierto, este artículo fue enviado a
algunos de los medios de mayor difusión del país, ninguno de los
cuales consideró oportuno publicarlo. Agradecería al lector que lo
distribuyera lo más ampliamente posible.